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martes, 7 de julio de 2009

El tiro de gracia para Alfonso


El pleito del mapache contra el mapache

¿Y la democracia, apá?

José Luis Jara
Todo el día fue como el pleito del mapache contra el mapache, pero sin misericordia, con la diferencia de que los panistas pusieron la dosis de la cacería para igualar y superar la fuerza operativa de un gobernador que parecía apabullante.
Un gobernador que mostró sus dientes el pasado 8 de marzo, cuando tundió de supuestos votos las urnas que se instalaron en la contienda interna del PRI para elegir gobernador, de tal suerte que cuando Ernesto Gándara despertó, Alfonso Elías ya era candidato.
Sin embargo, un operativo que se montó en el PAN llamado 01 800 MAPACHE, sirvió como antídoto para inhibir las acciones de inducción y compra del voto para el candidato del PRI.
Fue una jornada electoral que estuvo precedida por la quinta marcha silenciosa que convocaron los padres de los infantes que murieron calcinados el pasado 5 de junio en la guardería ABC. Esa marcha fue un día antes
Ha sido la marcha más importante en los últimos años en la entidad. Y es la marcha que le vino a dar el tiro de gracia al candidato del PRI, justo cuando se cumplió un ciclo, es decir, del primer mes de la tragedia.
Fue un día, donde la gente, con credencial en la mano, se encontrara en un campo de béisbol con la única señal de robarse la base.
Tanto uno como el otro, es decir, el PRI y el PAN, pusieron en práctica las tácticas más sofisticadas del mapacherismo electoral: el uso y abuso de taxis para trasladar gente a las casillas. El uso de supuestos líderes para que realicen el trabajo sucio de repartir dinero para la compra del voto.
Y el uso de centros de operación de estas mapacherías, en diferentes domicilios de la ciudad, a donde acudieron los militantes priistas para recoger el dinero y recibir las instrucciones del “trabajo”.
El Partido Acción Nacional respondió de la misma manera. Utilizaron taxis y carros particulares para llevar gente a las urnas. De otra manera –dicen- no se le puede ganar al PRI.
Pero además de responder de la misma forma, el Partido Acción Nacional decidió abrir un 01 800 MAPACHE.
Bajo esa estrategia, convocó a la ciudadanía para que pusiera su denuncia de inducción o compra del voto.
Pero también, la de aplicar un operativo con el objetivo de reventar a esos personajes que se encargan de hacer este trabajo de acarreo de gente a las urnas. Utilizaron grupos de jóvenes militantes que se transportaban en carros particulares que buscaron inhibir la estrategia del PRI.
Y decir inhibir es decirlo de manera decente, porque los militantes panistas acudieron a los reportes que le hicieron al 01 800, para ir a cazar mapaches priistas sin misericordia, donde llegaron a pagar justos por pecadores.
Fue el caso de una joven de 25 años, de nombre Brisa Armenta, quien fue agredida por los panistas cuando llegaba a su casa, en el fraccionamiento Sahuaro Indeco. Sin deberla ni temerla, Brisa fue señalada de andar comprando votos para el PRI.
De varios carros particulares se bajaron jóvenes que le siguieron la orden a la acusación. La empezaron a hostigar, acusándola de mapache electoral de tal forma que indignó a varios vecinos de la joven.
Estos vecinos salieron a la defensa de la muchacha. La principal indignación que les provocó para salir a defender a Brisa, es que la joven profesa una religión que le plantea no participar en los procesos electorales. Y ella no participa en actividades políticas, al decir de los vecinos que salieron a defenderla.
Sergio Rivas, vecino de Brisa, relató que él se encontraba en su casa cuando empezó a escuchar gritos. Salió a ver de qué se trataba y se dio cuenta que estaba un grupo de personas agrediendo a su vecina. La acusaban de comprar votos para el PRI, con palabras altisonantes.
Los panistas llegaron en una Cheyenne blanca de modelo reciente. El señor Rivas dijo que portaba las placas UT 64778. Eran unas personas que andaban con pantalón de mezclilla y camiseta roja. No portaban identificación y cuando hablaban entre ellos lo hicieron mediante claves.
A Brisa la estuvieron insultando. El señor Rivas y otros vecinos salieron a defenderla. Se hicieron de palabras fuertes y agresivas, hasta que llegó la policía.
Los panistas se fueron sin problemas y continuaron con su cacería de mapaches priistas.

El boquete de la tragedia

Unas horas antes de las elecciones, en Hermosillo y otras ciudades de la entidad y el país, se realizaron marchas silenciosas en solidaridad con las víctimas y sus familiares de la tragedia del 5 de junio.
En la capital sonorense, los registros de la participación fueron diversos, con el común denominador que el número supero los 20 mil personas. Fueron familias enteras, amigos del barrio, de los familiares de las víctimas. Fue la sociedad civil la que se hizo presente bajo una consigna: justicia y castigo a los responsables. Únicamente eso.
Pero esta movilización, que según la policía municipal llegó a las 30 mil personas, se manifestó este 5 julio, a un mes de la tragedia. Los números hablan de sus efectos.
Por ejemplo, antes de que ocurriera la tragedia, el candidato del PRI, Alfonso Elías Serrano se encontraba arriba de Guillermo Padrés con más de 10 puntos porcentuales.
Pero hoy por la mañana, el PAN llevaba una ventaja de 358 mil votos contra 323 mil 717 del PAN, cuando se habían contabilizado el 80 por ciento de las actas.
¿Qué evento fue el que provocó esa caída estrepitosa en el último mes a Alfonso Elías? Los consultados –que fueron varios y de diferente profesión- opinaron que la tragedia le bajó al candidato oficial del gobernador más del 13 por ciento en sus preferencias.
La marcha silenciosa del viernes fue la quinta que se realiza por la misma causa: justicia y castigo a los responsables. Pero el reclamo ha sido insatisfecho y el boquete fue grande, como la derrota del candidato oficial.

Elecciones sin votantes

De acuerdo a cifras oficiales del PREP, se registra una participación del 53 por ciento de los ciudadanos registrados en el padrón electoral de Sonora, de tal suerte que el candidato que resulte ganador de esta contienda, en los hechos va ser elegido por una minoría de sonorenses.
Esta cifra, fría, se manifestó en la jornada. Las casillas estuvieron con poca gente, salvo en la mañana, que fue cuando acudió la mayoría de los que fueron a cumplir con su deber de votar.
El calor y la humedad ambiental provocaron que a las dos horas después de que se abrieran las urnas, la jornada electoral se desarrollo como una letanía predicada en el desierto.
En casos, como en la casilla que se ubicó en Nueva España, el hartazgo de la gente fue provocada por los organizadores de las elecciones. A esa mesa llegaron las boletas, pero el padrón electoral les llegó incompleto, de tal suerte que los ciudadanos que su apellido empezaba con la a, b y c, se tuvieron que esperar prácticamente hasta casi mediodía para poder depositar su voto, en el caso de que decidieron esperar.
Felipe Larios Velarde, observador electoral acreditado por el Consejo Estatal Electoral, dijo que en varias casillas se presentó el problema en el retraso en la apertura de los comicios.
En la colonia Praderas, María Jesús Hurtado y otros 17 panistas se expresaron duramente contra los funcionarios de las diez casillas que se instalaron en esta zona. Los panistas protestaron porque no los dejaron estar cerca del proceso, como se les autorizó.
Los funcionarios los querían obligar a que estuvieran retirados de la mesa de casilla para que dejaran votar libremente a los ciudadanos. Pero los panistas respondieron que la ley les permitía estar cerca y con copia del padrón electoral. Y los funcionarios pidieron la presencia de la policía. Y aún con la policía, los panistas se negaron a ceder, sólo hasta quedar a una distancia que respetara la decisión solitaria de votar por su preferencia.
La jornada electoral sonorense se desarrolló como el juego del mapache contra mapache. Sólo que ahora, los panistas se lanzaron sin misericordia, a una cacería de mapaches priistas con el fin de igualar y superar la fuerza operativa de un gobernador que parecía apabullante.

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