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martes, 5 de febrero de 2013

Reprimen a Malnacidos, no los dejan pasar al estadio de béisbol


José Luis Jara

¿Cuándo se había visto una represión como ésta, cuándo?
Era la preguntaba que lanzaba Rebeca Villanueva en los momentos más críticos de la caravana por No+Impuestos que realizaron ayer.
Se convocaron a las tres de la tarde por el bulevar Kino y Periférico, con el objetivo de realizar una caravana para protestar y exigirle al Congreso del Estado para que sesione de manera extraordinaria, a fin de tratar la demanda que tiene el movimiento de Los Malnacidos: la derogación de la tenencia disfrazada y el no aumento a los impuestos.
De ahí partieron cientos de autos, muchos de ellos rayados con crayolas con mensaje francamente directos al gobernador y diputados. Otros con cartulinas pegadas con cinta o camisetas que los identificaba a leguas. Yo soy sonorense Malnacido rezan Y para evitar cualquier duda, por la espalda, con letras que utilizan periódicos sensacionalistas, se portaba la consigna que une a este movimiento: No Más impuestos.
La mayoría de ellos, gente de la clase media que se niega a pagar la tenencia. Que tienen más de 40 días empujando estas jornadas contra viento y marea, contra bota y escudo de los granaderos.
La idea de la caravana por No+Impuestos era llegar al estadio de béisbol, donde se celebra la jornada pelotera de la Serie del Caribe. Primero, el llamado era el boicot. Ahora, la idea fue presionar, dar a conocer a todo el mundo la política fiscal que se vive en Sonora.
Pero la respuesta del gobierno se dejó sentir. Desde las tres de la tarde, un helicóptero de la procuraduría del estado anduvo sobrevolando la ciudad, vigilando la caravana de los Malnacidos.
Fue todo un operativo de la procuraduría, auxiliada con granaderos de la Policía Federal. Echaron a trabajar un helicóptero que no dejo de volar y gastar gasolina, una gran cantidad de vehículos de la Policía Municipal, de la Estatal Investigadora y de la federal.


Ustedes no pasan

La respuesta policiaca fue firme. Bloquearon el paso de la caravana por No+Impuestos por el bulevar Colosio y Sahuaripa. La policía municipal instaló vallas metálicas cruzando todo el Colosio. Y los autos de la caravana se toparon con ellos. Apagaron los carros y en masa, fueron a reclamar a  la policía municipal. Jalaron las vallas, se empujaron con la policía y verbalmente, les gritaban que se fueran a reprimir narcotraficantes  no al pueblo.
Váyanse al Sásabe les recomendaron, como diciéndoles váyanse al demonio.
Eso es lo que nos ofrece el señor gobernador, espetó Rebeca Villanueva con el megáfono. ¿Por qué no les hace esto a los narcos, por qué a nosotros que somos ciudadanos libres?
Luego se dirigió a los agentes municipales y estatales: También estamos luchando por ustedes o ¿acaso no tienen carros ustedes?
Los Malnacidos buscan una y otra manera de romper el cerco. Jalan las vallas, enfrentan a policías, hasta una señora, con su hija en los brazos, desafía a la policía.
Pero los granaderos se quedan firmes, con el escudo por delante y las rodillas flexionadas, en posición de ataque.
Entonces los Malnacidos deciden sentarse en el pavimento, a dar declaraciones a los periodistas, a reclamar al gobierno la falta de tacto.
Y a la distancia, se escucho una orden, como las que se escuchan en las películas militares:¡Alto, ya! ¡Flanco izquierdo, ya!
Eran 60 policías federales equipados con todos los aditamentos para reprimir: escudos con sus letras grandes de POLICIA. Casco con vidrio protector, vestidos de negro y formados en tres largas filas de 20 cada una.
Los Malnacidos empezaron a gritar consignas, a llamar a la unidad: El pueblo, unido, jamás será vencido. El resto de los malnacidos acuden al llamado y deciden buscar la manera de romper el cerco.
Unos logran cruzar la barrera policiaca. Y en el otro lado hablan con un jefe policiaco que no da su nombre. ¿Quién lo manda a usted? ¿Lo manda el gobernador o lo manda Peña Nieto? El jefe policiaco no responde, a leguas se nota que el dialogo es la virtud del que porta la placa.
Los Malnacidos se reagrupan de nuevo para improvisar un mitin y tomar decisiones.
Rebeca tomó el megáfono y preguntó: ¿Cuándo se había visto una represión de esta magnitud en Sonora?
Nos tienen secuestrados, grito otra señora. Y la frase se convirtió en un coro que se extendía por el bulevar Colosio.
Sólo faltaba que el hilo se reventara por lo más delgado. La crónica a través de las redes sociales convocó a más gente. Y entre esas personas que llegaron, también llegó el visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Desde la ciudad de Nogales se vino Jesús Gavino Cabanillas con el objeto de ser observador de los acontecimientos.
El grupo de inconformes habló con él, le reclamaron la atención para que actúe  en consecuencia.
Hasta ahí el asunto con el visitador. Ante el bloqueo que estaban sufriendo, los Malnacidos se reúnen entre la gente, buscan acuerdos  lo logran: Vámonos para el Colosio y la Quiroga.
¿Cómo? Preguntaron unos. Buscando el camino se dijeron, pues no querían dar pistas a la policía del acuerdo que estaban tomando.
Entonces, cada quien abordó su auto para buscar el camino al bulevar Colosio y Quiroga.}
Y aquí empezó de nueva cuenta el accionar del helicóptero, el patrullaje de la ciudad, pues su objeto fue el no dejar pasar la caravana de No+impuestos al estadio de beisbol, donde había juegos de la Serie del Caribe.
Con el apoyo del helicóptero, la policía se pudo adelantar al punto que los Malnacidos habían acordado para reunirse. En el crucero del bulevar Colosio y Quiroga, los vehículos policiacos ya estaban apostados. Los granaderos ya tenían copada las calles y los Malnacidos se quedaron frente a ellos, sin poder llegar al estadio.
Ahí llegó el visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Prácticamente dijo las mismas palabras que el visitador de la CNDH, que estaba para observar que no se violaran los derechos humanos.
También llegó un subprocurador de apellido Verdugo. No quiso hablar, sólo señaló que andaba supervisando que no se violaran los derechos humanos.
Los granaderos no dejaron pasar a los Malnacidos. Y estos empezaron a arengar a la gente, a cantar el Himno Nacional. Sonora Querida se convirtió en una canción de protesta.
Y el helicóptero no dejó de volar, un agente no dejó de tomar videos a la gente, dio tantas vueltas como diciendo no se pasen de la raya porque no los vamos a dejar.

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