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martes, 1 de marzo de 2016

La espada de Damocles de Heriberto


José Luis Jara
Si habría que dar un premio a la inteligencia y sagacidad, y porque no decir tener garra en las negociaciones políticas, el peor de todos sería, indudablemente, el rector de la Universidad de Sonora, Heriberto Grijalva Monteverde.
Este día ofreció una genial declaración, estupenda para que la Universidad inicie su próximo camino a una huelga por parte de los trabajadores afiliados al STEUS.
Sin mediar siquiera un intento negociador, sin ofrecer una chispa que medio ilumine en la oscuridad del túnel, Grijalva Monteverde dijo que una huelga en la universidad durará uno o hasta 3 años porque no hay dinero para subsidiar un incremento del 20 por ciento, tal como lo demandó el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad de Sonora.
El argumento toral de quien mal que mal administra a la máxima casa de estudios, es que existe una inminente reducción del subsidio que otorga el gobierno de la república. “Si hay huelga va a durar uno, 2 o 3 años porque no hay dinero… no se puede dar el 20% porque no hay dinero… y ellos (los del STAUS y STEUS) han de pensar que el rector tiene una mina de oro”.
Esta frase, que ridículamente se puede medir con un dedo de frente, viene a aparecerse como si fuera la vieja espada de Damocles, esa frase que se la debemos al historiador griego de Timeo de Tauromenio, porque el rector la utilizó para referirse a un peligro inminente, en alusión a una espada que pende sobre nuestra cabeza y que en cualquier momento caerá sobre nosotros.
La prensa local refiere en esta declaración que el rector Heriberto Grijalva dijo que la máxima casa de estudios utiliza la mayor parte de las ministraciones o partidas federales, en sueldos para los trabajadores, por lo que la negativa de aumentar los salarios “no es lentitud o rapidez… no hay dinero”.
Luego, para colocar la cereza en su desairada declaración, el rector responde a los reporteros que ignora de cuánto será la disminución del subsidio para la Universidad de Sonora, luego del recorte anunciado por la Secretaría de Hacienda.
Pero la actitud de lento aprendizaje del funcionario universitario, no le permite visualizar, o más bien, vaquetonamente, pretende omitir, es hablar de los salarios que gozan él y el resto de funcionarios de la casa de estudios sonorenses, como si quisiera tapar el sol de Sonora con un dedo que difícilmente puede arrastrar un lápiz.
Como una muestra de los grandes contrastes en la Universidad, entre el salario de los funcionarios que mal administran la institución y el vergonzante salario de los sindicalizados, apuntamos los ingresos del rector: en 2015, Heriberto Grijalva ganaba cerca de 90 mil pesos mensuales, sin contar las demás prestaciones, alimentación, viáticos y gastos de automóvil y teléfono celular; el secretario general, 64 mil pesos, más los gastos de representación; el vicerrector ganaba 54 mil pesos. Y así, en ese tenor van los grandes recursos que se destinan a salarios de los trabajadores de confianza del rector.
La declaración del rector se da en el contexto de revisión salarial por parte del gremio de los maestros, y salarial y contractual por parte de los trabajadores manuales y administrativos de la universidad.
El STEUS está por cumplir 40 años de existencia, lapso suficiente para crear una escuela de lucha sindical para los trabajadores, y un espacio de aprendizaje para los administradores de la institución, que debería ser aprovechado, principalmente por el rector, para entablar negociaciones que conduzcan a acuerdos con los sindicalizados, con el fin de evitar paralizaciones de labores y perjuicio académico a los estudiantes y económicos a sus trabajadores.
Pero lejos de eso, lejos de aprovechar el lógico aprendizaje para entablar una negociación, basada en experiencia de algunas academias de la universidad, como ese posgrado de mediación que se imparte en el campus universitario, el rector se porta como un chamaco buscapleitos, provocando a los trabajadores sindicalizados con esas declaraciones que no caben en una persona sensata, con una mínima capacidad de dialogo.
El rector nos pretende dibujar una espada de Damocles con su declaración, en el sentido de que la huelga va a durar hasta 3 años. Pero en la realidad, esa supuesta espada que nos advierte de una amenaza que puede finalizar en una maldición, viene a dibujarnos una triste realidad para la Universidad. La de un rector que no ha podido asimilar experiencias en dos períodos administrativos, para sortear un par de revisiones salariales y contractuales que legalmente se manifiestan por parte de los sindicatos universitarios. La verdadera tragedia de la universidad, se encuentra escondida en esa caricatura de espada de Damocles que nos dibuja el rector, y que se resume en la popular frase de dale tantito poder a la ignorancia y se convertirá en prepotencia.